Manzanedillo

Procedente del espectacular desfiladero de los Tornos de Tudanca, el sendero GR 99 Camino Natural del Ebro llega al conjunto de Cidad de Ebro donde comienza su bello recorrido por el Valle de Manzanedo.

Desde allí, una estrecha senda de ribera conduce a los caminantes hasta Manzanedillo. Aquí, un puente de estilo popular, construido con varios pilares de piedra de mampostería unidos con vigas de hormigón, nos permite llegar al final de etapa del GR 99 en la capital del valle: Manzanedo.

Entre las construcciones que conforman esta pequeña entidad de población, sobresale lo que parece ser un torreón con cierto carácter defensivo cuyos elementos destacados se concentran en sus arcos apuntados en puerta y ventanas.

Su pequeña iglesia aún posee algunos de sus primitivos elementos románicos, como el ábside semicircular.

Torre de Manzanedillo

El nombre de Manzanedo no aparece en la documentación hasta una carta de venta de un solar en Rioseco del año 1204, en la que aparece como testigo un tal Petrus de Maçanedo. El pueblo de Manzanedo, dio nombre al valle. Desde finales del siglo XI, existía una familia cuyos miembros se titulaban como señores de Manzanedo y es muy probable que tuvieran un importante papel en la población de este territorio.


En el siglo XIV, en los pueblos del Valle de Manzanedo, tenían numerosas propiedades, solares y behetrías los Velasco y alguna los Porres. Los Sarmiento tenían bastantes solares en los pueblos de Arreba. También tenían algunas propiedades el señor de Vizcaya, el monasterio de Rioseco y el de San Martín de Elines.
El Valle de Manzanedo no se integró plenamente en el Corregimiento de las siete Merindades de Castilla Vieja hasta finales del siglo XVII en que pasó a formar parte de la Merindad de Castilla la Vieja. Cidad de Ebro, Vallejo, Arreba, Población de Arreba y Crespos fueron de jurisdicción señorial del marqués de Cilleruelo, en el Partido de Laredo, y nunca pertenecieron al Corregimiento de las siete Merindades de Castilla Vieja.


A escasos metros del río Ebro, junto a un curioso puente tradicional por dónde en la actualidad discurre el GR99 Camino Natural del Ebro, aún puede adivinarse lo que en su día se levantó como torre de defensa, pasó por estado de ruina y hoy presenta una cuidada restauración. La torre de Manzanedillo tiene una planta cuadrada con tres alturas. En una de sus fachadas conserva dos arcos góticos que hacían la función de ventana y otro vano con forma de puerta apuntada. En otra de sus fachadas se muestra una ventana renacentista.