Población de Arreba

Del latín “populus” y “populare” se deriva el topónimo “población”, bastante frecuente en la Castilla Vieja. Este lugar sería una de aquellas nuevas poblaciones que surgieron en torno al alto Ebro, en lo que era el alfoz de Arreba, un pequeño territorio dependiente del castillo de Arreba. Sin embargo, a mediados del siglo XIV, este lugar figuraba en el libro Becerro de las Behetrías entre los lugares yermos de Castilla Vieja. 

El conjunto urbano es de traza irregular, aunque muchas de sus casas se agrupan en hileras en torno a sinuosas calles formando un bello conjunto. Las solanas se extienden a lo largo de las fachadas en el piso más alto, entre cortafuegos de piedra apoyados sobre elegantes ménsulas en forma de talón. Los pisos altos de muchas casas son de entramado de madera y adobe, normalmente recubierto por un enlucido posteriormente encalado. En alguna casa en la que se ha perdido el enlucido se puede apreciar esta estructura, que en algún caso se rellena con  encestado constituido por un entretejido de ramas recubierto con mortero. 

Una bolera de un solo tablón, semejante a las existentes en los vecinos pueblos de Arreba y Crespos, permite a los vecinos seguir practicando una modalidad de juego con un solo tablón, con tres bolos y mico.

Además, este pueblo cuenta con varias fuentes con pilón-abrevadero para el ganado y un lavadero. A la salida del pueblo se encuentra la “Fuente de las Ánimas”, protegida por una sencilla construcción de piedra adintelada con forma de arco rebajado. En el centro del pueblo hay otra bonita fuente con cubierta de piedra y bóveda de medio cañón.