San Miguel de Cornezuelo

Nos encontramos en uno de los conjuntos rurales más bellos de la provincia de Burgos. En su calle principal, las casas aparecen adosadas entre sí conformando una hilera. Las casas, que siguen el modelo de casa montañesa, presentan una planta rectangular y una fachada en la que predomina la simetría y en sus gruesos muros se abren escasos vanos recercados por sillar. La solana o balcón corrido de madera, aparece en su piso superior.  

En esta larga calle, una pequeña ermita se adosa a una de las casas. Una buena fuente con doble pilón abastece de agua a la localidad.  

Algo apartada del conjunto se emplaza la iglesia de San Miguel, una de las joyas del románico provincial levantada en la primera parte del siglo XII. Este templo de una sola nave rematada en un ábside semicircular resalta por su excelente decoración y su bella arquería ciega del interior.  

Conjunto de San Miguel de Cornezuelo

La población de San Miguel de Cornezuelo debió de asentarse, en tiempos medievales, en torno al monasterio del mismo nombre, del que aún se conserva la iglesia. En época posmedieval se desarrolló una nueva agrupación de casas en torno a la ermita de Las Candelas, siendo en la actualidad el único conjunto urbano en pie.


El caserío se dispone con trazado lineal a ambos lados de la carretera creando una magnífica unidad debido a la armonía que produce la tipología arquitectónica repetitiva. Cada casa presenta su propia personalidad dentro de un conjunto equilibrado que ofrece un espectáculo de enorme belleza escenográfica. Todas las características de las casas montañesas se aúnan en este conjunto, destacando las solanas como un elemento singularmente llamativo.


San Miguel de Cornezuelo siempre fue un pueblo de buenos canteros y esto se observa a primera vista en la calidad constructiva de sus casas, con grandes dinteles sobre sus puertas y sillares bien labrados en el recercado de vanos y en los resaltes de los muros laterales que, a modo de cortafuegos, protegen las solanas, y que apoyan sobre elegantes ménsulas de piedra.


A un lado de la carretera, muy cerca de una gran fuente con elemento vertical de piedra y abrevadero escalonado para el ganado, se levanta la ermita barroca de Las Candelas. Alzándose sobre sus muros, un sencillo reloj de sol monolítico desgrana las horas y los días.