El Castillo de Malvecino, del que hoy solamente quedan las ruinas, estaba levantado sobre los riscos, en un emplazamiento prácticamente inaccesible. Este lugar, de difícil acceso desde a población de Toba, permitía un excelente dominio visual de toda la Merindad. Perteneció a los Manrique, adelantados de Castilla durante varias generaciones. Herencias y enlaces matrimoniales hicieron recaer su propiedad en los duques de Feria y Medinaceli. Hoy en día este magnífico castillo construido en el siglo XIV, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1949.