Los Tornos de Tudanca

Tras salir de un serpenteante recorrido por el Cañón del Ebro, el río afronta un dificultoso paso entre las sierras de Tudanca y La Nava. El río Ebro accede al Valle de Manzanedo excavando el estrecho desfiladero de los Tornos y modelando un paraje de gran belleza.

Y junto al Ebro, el hombre también se abría paso para comunicar Cidad de Ebro y Tudanca. Y para ello  construyó, casi de forma artesanal, un sinuoso y estrecho camino para salvar el fuerte desnivel existente. Hoy este paso es aprovechado por los senderistas que recorren el GR 99 Camino Natural del Ebro.

Las masas boscosas, predominantemente de encinas y robles, destacan entre los afloramientos de la roca caliza de los espectaculares relieves por los que avanza el Ebro, en cuyas riberas, los altos y estilizados chopos junto con alisos y sauces delimitan su cauce. Las riberas de este río también están incluidas dentro de la Red Natura 2000 con la declaración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).

 

La vegetación de este territorio, situado en una zona de transición entre las regiones bioclimáticas atlántica y mediterránea, se caracteriza por grandes contrastes entre las zonas más altas en las que predominan los bosques de haya y aquellas otras en las que la encina y el roble quejigo, junto a sabinas y enebros configuran el paisaje. La escasa densidad poblacional favorece una fauna muy variada. Corzos, liebres, jabalís, tejones, zorros y una gran cantidad de especies de aves de todo tipo se pueden observar con cierta facilidad.