Ruta por el Valle de Manzanedo

Accedemos al municipio por su extremo occidental a través de la carretera autonómica BU-V-5741 que, procedente de Incinillas, nos permite recorrer el Valle de Manzanedo de este a oeste. 


Rioseco: junto a la carretera se encuentran las ruinas del Monasterio Cisterciense de Santa María de Rioseco. La iglesia, del siglo XIII, de nave única, con dos capillas en la cabecera, se cubre con sencilla bóveda de crucería, es lo que mejor se conserva del conjunto. Su claustro de dos plantas, obra de Juan de Naveda, es un magnífico ejemplo de estilo herreriano. Este conjunto monumental, propiedad del arzobispado de Burgos, gracias a un grupo de voluntarios que forman el colectivo social “Salvemos Rioseco”, está siendo recuperado. Ha sido importante para la recuperación de las cubiertas del monasterio las aportaciones de la Junta de Castilla y León. Entre las actividades que se realizan, para poner en valor el monasterio, se encuentran: las visitas guiadas, los conciertos, las obras de teatro, las exposiciones de fotografía y pintura, etc. Todo ello está haciendo que Rioseco se esté convirtiendo en un referente turístico, cultural y en un dinamizador económico de la zona. Prueba de ello son los numerosos visitantes que se acercan a conocerlo, cualquier día y a cualquier hora y las numerosas menciones públicas de admiración de la JCYL al modelo de recuperación que están llevando a cabo desde “Salvemos Rioseco”.


San Martín del Rojo: su iglesia conserva elementos románicos. Presenta nave de tres tramos con ábside semicircular, canes labrados y una ventana con decoración geométrica. La portada posee tres arquivoltas con tosca decoración, y el porche que la protege conserva dos columnas con capiteles también románicos.


Argés: antes de llegar a la carretera que asciende hasta Argés, una estrecha senda nos acerca al interesante eremitorio altomedieval de San Pedro, que fue excavado en la roca y utilizado como lugar de culto, vivienda y cementerio. El pueblo mantiene buenas construcciones y una iglesia de estilo popular. Desde allí se contempla una de las mejores panorámicas del Valle de Manzanedo. 

Manzanedo: la capital del valle conserva buenas casas tradicionales. La iglesia, que mezcla los estilos románico, cisterciense popular y barroco, resalta por su espadaña. Cerca se localiza el eremitorio conocido como la Cueva de los Moros.


Villasopliz: presenta una cuidada arquitectura popular. Su iglesia parroquial es de una nave y ábside semicircular románico con canecillos. 


Cueva de Manzanedo: posee, además de buenos ejemplos de la arquitectura típica del valle, una rehabilitada iglesia de estilo popular.


Peñalba de Manzanedo: atesora bellos rincones y numerosas casas tradicionales, destacando un gran edificio rehabilitado como Casa Rural. La iglesia parroquial es románica popular.


Consortes: este cuidado conjunto rural destaca ante todo por su privilegiada ubicación. Posee rincones de gran belleza, como la bolera y la fuente. La iglesia de San Pedro conserva gran parte de su fábrica románica. 


San Miguel de Cornezuelo: es uno de los conjuntos rurales más bellos de la provincia de Burgos. Sus típicas casas con solana se adosan unas a otras a lo largo de la calle principal. La Iglesia de San Miguel está rematada por un ábside semicircular románico con canecillos decorados con temática muy variada y una bella ventana. Su sencilla portada luce unas toscas e interesantes tallas. En un alto, entre Cidad de Ebro y Cueva se emplaza el antiguo castro de San Miguel.


Arreba: en lo alto del cordal calizo que preside uno de sus barrios se alzan los restos de su legendario castillo. En sus dos barrios existe una extensa colección de casas tradicionales bien recuperadas. La iglesia de San Juan es plateresca.


Población de Arreba: enclavado junto al valle de Zamanzas, este conjunto conserva buenas casas tradicionales con solana, algunas de las cuales se adosan entre sí. La iglesia barroca de Santa Isabel tiene una nave rectangular.  


Crespos: en este armonioso y cuidado conjunto rural se respira tranquilidad. Además de sus construcciones populares, en Crespos destaca su esbelta iglesia románica. En su única nave con ábside semicircular exhibe numerosos elementos propios de este estilo: desde la portada, el ajedrezado o los canecillos toscamente labrados, hasta un interior que sorprende por la belleza de su arquería ciega del ábside, la abundante decoración escultórica y la pila bautismal. 


Vallejo: este privilegiado balcón natural sobre el Ebro, conserva numerosos edificios tradicionales y la iglesia gótica de Santa Leocadia.
Cidad de Ebro: se sitúa a la vera del río, que debe cruzarse por un antiguo y curioso puente. A la entrada existe un crucero barroco. Posee varias casonas con elementos tanto cultos como populares. La iglesia de San Román y la ermita románica de la Virgen Blanca completan la visita. 


Manzanedillo: conserva restos de lo que parece un torreón con arcos apuntados góticos. Su arruinada iglesia posee un ábside semicircular románico.